Se presenta mucha intolerancia a la leche e reacciones alérgicas a las proteínas de la leche de vaca.

Hablamos de intolerancia a la leche cuando al hacer ingesta de ella existen síntomas., normalmente se refiere a una situación de incapacidad de digestión de lactosa, por ausencia en las células del intestino delgado de la enzima lactasa. Esta falta de digestión impide la absorción intestinal de la LACTOSA, provocando un aumento en la osmolaridad del quimo intestinal, lo que conduce a una diarrea osmótica con gran pérdida de agua y electrólitos. Si el proceso no se detiene, puede llegar a dañarse gravemente el intestino, comprometiéndose su estructura y función, e impidiendo una adecuada nutrición por incapacidad para llevar a cabo las funciones digestivas y abortivas que le son propias.

¿Cómo puede ser esta intolerancia a la lactosa?

• Congénita: condición en la que no hay existencia de lactasa en el momento del nacimiento.
• Primaria: la más común. Se debe a un descenso paulatino en la actividad de la lactasa una vez concluida la lactancia.
• Secundaria: producida por enfermedad, virus, bacterias o alérgeno que lleva a la destrucción de las células del intestino donde se produce la lactasa.

Tratamiento para la intolerancia a la lactosa PRIMARIA

No es necesario la eliminación total del consumo de leche, pues generalmente existe un umbral de tolerancia a la lactosa que se encuentra alrededor de 10g, lo que equivale a casi un vaso de leche, también se puede consumir queso, que después de los primeras días de maduración presenta contenidos muy bajos de lactosa, y leches fermentada, porque condicionan un tránsito intestinal más lento que facilita la digestión y los microorganismos vivos proporcionan lactasa que colabora en el proceso con la del propio individuo en la digestión de la lactosa.