El picantón es un ejemplar de pollo que se sacrifica con un mes de edad y 500 gramos de peso. Se trata de un pollo con una carne muy tierna y a la vez con poco sabor, pues el sabor lo vamos a dar nosotros.
Para el acompañamiento usamos verduras de un gran perfil nutricional.
Por ejemplo, la chalota contiene más cantidad de antioxidantes, vitaminas y minerales respecto la cebolla.
Se considera que tiene antioxidantes de azufre, que estos compuesto se convierten en alicina tras la trituración o el picado, la cual, se le atribuyen propiedades de reducir la producción de colesterol mediante la inhibición de la enzima reductasa en las células del hígado. Por esta función, es uno de los motivos por el que seleccionamos cocinar con chalota y no cebolla, sobre todo en estas épocas navideñas que solemos comer más grasas e incluso, aumentar nuestros niveles de colesterol.
Queremos seguir incidiendo en este control de grasas, pues el relleno lo hacemos de alimentos ricos en omega 3 y 6, ácidos grasos buenos responsables de prevenir riesgos cardiovasculares entre otras funciones.
También hay la presencia de frutas deshidratadas, como los orejones. Son frutas que se les ha reducido el porcentaje de agua dejándolo casi nulo, pero por el contrario se aumentan considerablemente todos sus macronutrientes y micronutrientes, por lo tanto, estas frutas deshidratada nos ayudarán aportar más vitaminas y minerales en el plato, así como también más dulzor, ya que al proporcionar la disminución de agua se habrá generado más azúcar.
APUNTE: Cierto, los frutos secos y frutas deshidratadas son muy energéticas, pero si se comen en la medida justa aporten grandes beneficios para nuestro organismo.
Especial diciembre en la revista Salud Total.
