El sedentarismo, la hipertensión, la mala alimentación y el sobrepeso amenazan a los jóvenes
Sobrepeso, obesos, sedentarios, consumidores impulsivos de alcohol, hipertensos, … Estos son algunos de los males que afectan a los adolescentes españoles y que hacen prever que, pese a que tendrán una larga vida -gracias a los avances médicos, sobre todo-, esta será de mala calidad.
Así lo ha indicado el catedrático de Fisiología de la Universidad de Murcia Salvador Zamora Navarro, uno de los investigadores que durante ocho años (del 2001 al 2009) han analizado el estado de salud de 18.000 chavales de entre 13 y 18 años, con un resultado sobrecogedor: el 40% de los menores que han sido sometidos a estudio corren el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
El estudio revela que los adolescentes de ahora tienen un panorama nada halagüeño en cuanto a salud se refiere, a temor de los siguientes datos: el 41% de los niños y el 52% de las niñas son sedentarios y casi el 25% presenta hipertensión (un 40% de los chicos), el 2% de los varones tiene colesterol alto y el 15,5% fuma.
A esto hay que añadir la obesidad y el sobrepeso que afecta a casi un 30% de los menores y la “desafortunada” dieta que llevan, alta en proteínas, deficiente en glúcidos, baja en fibra, hierro, folatos, zinc y vitamina E. O, lo que es lo mismo, rica en carne y pobre, muy pobre, en pescado, cereales, legumbres, frutas y verduras. Y, además, el consumo elevado de alcohol, “un problema de salud pública de primer nivel en la adolescencia”, según el profesor Zamora Navarro. Pero el estudio también ofrece soluciones. Así, los grupos investigadores desarrollaron un programa de prevención que contempla la actividad física y educación en nutrición y salud. Durante seis meses trabajaron con los estudiantes, reeducando sus hábitos alimentarios (más cereales, pasta y patatas, así como verduras, frutas, hortalizas y lácteos y tres veces a la semana legumbres, y menos carne, pescado y embutidos. Bollos y helados desaparecen de la dieta) y practicando ejercicio físico.
Los resultados son asombrosos: del 40% en riesgo cardiovascular se pasó al 25%.
Fuente: www.lavanguardia.com