Los alérgenos también son un riesgo de salud pública y deben controlarse y analizar la metodología de trabajo para minimizar al máximo el riesgo por presencia de alérgenos y/o contaminación cruzada.
Los alérgenos pueden darnos problemas por alergias alimentarias y/o intolerancias alimentarias, ya sean por ingesta, contacto o inhalación.
Una mala gestión de los alérgenos puede provocar una grave incidencia en la salud de la persona poniéndola en riesgo. Una persona alérgica a un alimento puede desarrollar una reacción anafiláctica a la ingesta accidental de su alérgeno enemigo, por ejemplo.
Trabajamos des del principio al final de la cadena de proceso con los alérgenos descritos en el Reglamento (UE) 1169/2011 del Parlamento Europeo y del Consejo, así como los presentes en tus instalaciones.
Para ello, realizamos una visita presencial para conocer las instalaciones y valorar el riesgo que presenten para adaptar una metodología de trabajo adaptada a las necesidades y comodidades del centro. Damos solución personalizada siguiendo las indicaciones de control y objetivos de la normativa.